Me enfrento a cierta subjetividad al redactar estas letras, y es que Manuel Casas, durante algunos años fue mi profesor de guitarra y, sintiéndolo mucho, le otorgo la responsabilidad de haberme transmitido las ganas de seguir estudiando música.
Aquella tarde en la guitarrería sentimos cerrar una puerta y abrir otra al pasado, donde el tiempo corría mucho más despacio. Un viaje a través de la energía que costaba interrumpir con los aplausos. Visitamos Italia y llegamos al Al- Andalús por un trayecto de poesía empezando por Petrarca hasta Garcilaso, acompañada por una música maravillosa desde P. Verdelot, pasando por Da Milano, hasta llegar a Mudarra, Pisador, Fuenllana, Narváez... La energía acababa elevándose y quedaba suspendida en los finales, creando una atmósfera casi sacra.
La compenetración del dúo formado por Floris y Manuel es casi perfecta, la parte mental y la extrema sensibilidad daban forma a un concierto precioso, lleno de matices. Lleno de magia. Podías dejarte llevar por aquellos sonidos, apartando a un lado los pensamientos, con la sola intención de disfrutar.
La interpretación, a veces casi teatral, tuvo su momento álgido con un precioso final con la canción "Passeavase el Rey moro", magistralmente interpretada por la voz de Manuel, y acompañada por la vihuela de Floris.
La respuesta del público, como siempre, cálida, afectuosa, y muy interesada en aquellos instrumentos que algunos habían visto por primera vez fuera de los cuadros.
Fue un verdadero placer y esperamos que repita.
Pronto colgaremos los audios y el vídeo de la tertulia
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